Tras casi cuatro años de concurso de acreedores, hoy hemos recibido la sentencia de aprobación del convenio. Llevamos muchos años intentando poder dar la vuelta a un proyecto que venía muy perjudicado por los planteamientos técnicos y de gestión iniciales y ahora, por fin, nos dan la oportunidad de poder empezar a trabajar en ello.

Tanto retraso ha deteriorado muchísimo la compañía, se ha perdido mucho tiempo, mucho dinero y muchas oportunidades. A pesar de la confianza y entendimiento de la gran mayoría de los acreedores, un pequeño número de ellos ha perjudicado tremendamente al conjunto, retrasando en casi dos años la aprobación del convenio.

A pesar de que nuestros abogados nos decían que el convenio se iba a aprobar sin ningún género de dudas, ya que el incidente de oposición a la aprobación del mismo era una auténtica chapuza, casi habíamos perdido la fe. Mucho tiempo trabajando para conseguir algo que a origen parecía imposible.

Recordamos cuando a finales de abril de 2020, en plena crisis del Covid, presentamos casi 2.500 actas notariales en el juzgado. Parecía que habíamos conseguido lo más difícil: explicar a muchísimas personas la realidad del proyecto y la única alternativa y hacerles ir a un notario perdiendo una mañana o una tarde de su tiempo. A todos ellos tenemos que expresarles de nuevo nuestro agradecimiento y asegurarles que vamos a trabajar más que nunca para que su empresa tenga el mayor valor posible. Pero quedaba lo más largo y desesperante, todos los trámites judiciales, más de dos años…

Hace años que verificamos que si había que cortar los árboles cuando decía el contrato y vender la madera como decía el contrato, el fracaso estaba asegurado. Sin embargo, si se pueden clarear las plantaciones que van bien, cortar la madera cuando toca y poder transformar la madera, la empresa tiene muchas posibilidades y puede tener mucho valor. La única forma posible de hacer esto era entregar la propiedad de la compañía a los dueños de los árboles y es lo que se ha aprobado. Tras casi diez años proponiendo alternativas y soluciones al fin parece que podemos trabajar en las soluciones propuestas.

Con este convenio en su opción de capitalización, el propietario de un contrato recibe de forma indirecta la propiedad de las fincas que antes no tenía y proporcionalmente más árboles de los incluidos en su contrato. Sabemos que la idea de los propietarios no era tener acciones, pero es la única opción de sacar algo de valor de este proyecto.

Sin embargo, si esto se hubiese aceptado desde que se propuso el PMR, ahora ya tendríamos una empresa rentable, porque habríamos recorrido todo el trayecto que ahora nos toca empezar, y lo iniciamos con mucho más deterioro.

Seguimos sin entender quién ha engañado a ese grupo de acreedores que se han opuesto a la aprobación del convenio buscando la liquidación de la compañía, ya que la liquidación significaba que se quedarían sin nada. Está claro quienes han sido los únicos beneficiados de alargar este proceso: un charlatán que lleva viviendo de poner pleitos a la compañía desde 2015, eso sí, cobrando sus honorarios, y determinados acreedores que han convencido a otros por una rastrera comisión.

Pero ahora toca disfrutar de esta aprobación del convenio y no mirar atrás, podemos entender que la solución no guste, pero es la única que existe. Pedimos a todos aquellos que no crean en la compañía que ahora elijan la opción de quita y se olviden, o en su defecto, que empiecen a apoyar a la empresa de la que forman parte como accionistas para que pueda tener más valor.

Sólo nos queda mirar un poco al pasado, ejecutar las costas a las que han sido condenados los opositores y si podemos, reclamarles los daños que ha ocasionado el retraso en la aprobación del convenio.

Sentencia de aprobación del convenio.